Bruno Munari (Milán 24 de octubre de 1907-  30 de septiembre de 1998). El autor es un referente del diseño gráfico e industrial del S. XX. Además de diseñador fue teórico sobre las técnicas creativas y el desarrollo de la creatividad en niños a través de juegos.

Munari entra de golpe en la corriente futurista italiana participando entre los 20 y los 30 en exposiciones colectivas de la Galería Pesaro y en Bienales. Basándose en la máquina y el movimiento crea el primer móvil , que irá evolucionando hasta 1972.

En 1940 funda junto con otros pintores el Movimiento de Arte Concreto, MAC, en el que fomentaban la pintura no figurativa, principalmente geométrica y sirve como epicentro para las artes abstractas italianas.

Además, entre finales de los 30 y mediados de los 40 empieza a teorizar sobre las conexiones sensoriales y creativas con textos publicados en revistas y en libros.

En la década de los 60’s tendrá una gran influencia del diseño y la tradición japonesa. En la década de los 80 creará junto con el pintor Ricardo Ricas Castagnedi el estudio “R+M”, donde experimentará  con técnicas novedosas en el diseño gráfico.

A partir de esta época Bruno se dedicará exclusivamente a labores didácticas y de divulgación, publicando varios ejemplares, entre ellos Fantasía, en el que propondrá 32 temas para fomentar la creatividad en niños, a través de prácticas y teorías sobre el uso de la fantasía, la creatividad, la imaginación y la invención.

El libro comienza con la intención del autor de describir los conceptos citados anteriormente y con esto el proceso por el cual podemos conjugar todo ( relaciones) en un producto final.

Una vez finalizada la fase de definición y funcionamiento pasamos a las teorías de la fantasía, de qué formas podemos modificar la realidad que vemos a través de nuestros ojos.

Munari propone el cambio de color, de forma, de escala, de contexto, entre otras alternativas, como paso previo para poder producir algo artístico y concluye de manera práctica con ejercicios y experimentos creativos realizados en aulas italianas.

Personalmente me han fascinado las múltiples posibilidades que tiene el uso de la fantasía y la aplicación al diseño. Sorprendentemente no comprendo como actualmente en las escuelas de infantil o incluso en las mismas escuelas de diseño no se enseñan técnicas de creatividad. Deja ver la capacidad que tiene el mismo sistema de dejar fuera las capacidades artísticas de las personas.

En una etapa en la que cada vez somos más individualistas, dejamos de lado el objetivo principal del diseño, que es mejorar la vida y nuestras experiencias como especie. Murani habla de esto mismo en su libro y a mi parecer está bastante acertado. Se ve en la manera de interactuar de los niños y en su aprendizaje. Será mejor generar un ambiente de colaboración en el que ninguno se sienta amenazado y todo sea válido, en ese momento cada niño no matará su creatividad por temor a equivocarse por un ambiente competitivo, en el que se les exigen no salirse de unas reglas que no comprenden porque no se les explica.

Para concluir, dentro del mundo creativo el autor es un referente, pero ¿qué pasa fuera de este ámbito?. Creo que todas las personas deberían leer el libro para comprender los procesos por los cuales creamos algo y en particular los docentes. Ambos grupos podrían referirse bien a la hora de hablar de estos términos y poder fomentar y alimentar la fantasía de uno mismo y de las personas que te rodean.