Estética y razón. El mueble curvado valenciano y la modernización del hábitat
El Centre Cultural La Nau de la Universitat de València inaugurará el próximo 19 de diciembre la exposición Estética y razón. El mueble curvado valenciano y la modernización del hábitat (de 1880 a 1936). La exposición, organizada por l’Arxiu Valencià del Disseny y la Fundació Caixa Vinaròs, nos muestra a través de más de medio centenar de piezas – hasta la fecha el mayor número de muebles de esta época y estilo exhibidos en Valencia- y diverso material documental y gráfico, el inicio de la industria valenciana del mueble y el triunfo de la modernización en España, que vino asociada a la fabricación del mueble curvado. La exposición, que se podrá visitar en la Sala de Vigas hasta el próximo 21 de enero, reivindica esa parte de la historia valenciana a través del diseño industrial.
Comisariada por Xavier Giner, codirector de l’Arxiu Valencià del Disseny y Julio Vives, director de Espai Corbat de Caixa Vinaròs, la exposición describe el gran momento que vivió Valencia a través del mueble curvado desde finales del siglo XIX al primer tercio del siglo XX. El diseño expositivo ha sido realizado por el diseñador valenciano Fernando Ortuño (La factoria projectes). Según explican ambos comisarios, la aparición del mueble curvado significó la transformación del taller tradicional de ebanistería en modernas fábricas de producción seriada, dando lugar a la industria valenciana del mueble; en segundo lugar, supuso una transformación radical y completa del ámbito doméstico siendo el primer estilo burgués que no toma sus referencias de los estilos aristocráticos, el mueble curvado encarnó la modernización estética en el ámbito del mobiliario, de modo equivalente al Modernismo en arquitectura; y por último, supuso el triunfo de una cierta racionalidad no sólo en los aspectos constructivo y de producción sino también estéticos al simplificar las líneas, dotar de valor al vacío, dar continuidad a la línea, etc., conectando con los nuevos gustos primero de la burguesía urbana y, posteriormente, con los nuevos gustos las clases populares urbanas, quienes pudieron adquirir unos muebles de líneas amables y ligeras, que dibujaban siluetas que embellecían los espacios sin recargarlos como sí ocurría con el mueble artesanal historicista.
Además, el mueble curvado valenciano testimonia, también, del protagonismo de la mujer, que emerge como fuerza de trabajo, al incorporarse plenamente en su fabricación, y como consumidora activa. El éxito del mueble curvado entre la burguesía y entre las clases populares urbanas da cuenta de este cambio en el papel de la mujer en la Valencia de primer tercio del siglo XX.
El mueble curvado valenciano, que tanto éxito tuvo en España en el primer tercio del siglo XX, es fruto de una cultura material industrial importada de Austria- Hungría a finales del siglo XIX. La técnica y los diseños desarrollados por Michael Thonet y sus hijos (Hermanos Thonet) fueron seguidos por otros fabricantes de “mueble de Viena” como Jacob & Josef Kohn e Hijos de D. G. Fischel, todos con mayor o menor influencia en el mueble valenciano, que incorporó dicha cultura material a través del puerto.
La técnica del curvado aplicada a la fabricación de muebles consiste en calentar mediante vapor las barras de madera de haya maciza aserradas en la longitud necesaria. Salidas de los tanques de vapor se introducen las barras en moldes metálicos para darles la forma deseada. La madera permanece en el molde hasta que se seca y se enfría, conservando así la forma. Después las piezas se unen con tornillos sin encolar.
En Valencia, desde que José Trobat depositara la primera patente de curvado en 1880, aparecieron diversos industriales en el sector tales como Salvador Albacar, Ventura Feliu, Joaquin Lleó y Luis Suay. Ellos sedimentaron la gran expansión del mueble curvado en los años veinte y treinta hasta la fundación de ‘La curvadora valenciana’ en 1935. Todo ello supuso en su momento un ensayo de modernización exitosa en el sector del mueble en el contexto social y económico de la Valencia de entonces.
La exposición se organiza en 10 secciones. En la primera, la fábrica como centro de producción, se reproducen extractos de una película histórica de la fábrica del Hijo de Ventura Feliu de 1929, un buen ejemplo de cómo se trabajaba el mueble curvado por hombres y mujeres en la Valencia del primer tercio del siglo XX. Las mujeres no solo elaboraban la rejilla de asientos y respaldos en la fábrica o en sus casas, sino que también hacían los trabajos de tintado, barnizado y empaquetado, reservándose a los hombres el curvado y la ebanistería.
El segundo apartado expone la variedad formal de las sillas, focalizándola en lo que podría llamarse la “batalla” de las patentes de trabas, que fue importante en la primera década del siglo XX. En tercer lugar, se presentan las mecedoras -forma en movimiento- en su vertiente de manifestación de la continuidad lineal, un principio básico del mueble curvado, y sin duda, uno de los muebles curvados emblemáticos y populares de la industria valenciana, que tiene la característica estética de que con sus formas evoca la función de movimiento para la que está diseñada. En el campo de las mecedoras, como en el de las sillas, se registraron varias patentes en la primera década del siglo XX. Los fabricantes competían con una diversidad de formas, desde los modelos más clásicos y sofisticados a los más modernos, en los que destaca una buena continuidad lineal.
En vitrinas (sectores 4 y 5) se contienen ejemplos de la versatilidad estética del contrachapado, vehículo del modernismo decorativo, y de varios catálogos comerciales de fabricantes representados en la exposición, documentos que proceden de l’Arxiu Valencià del Disseny. Estos catálogos son documentos históricos y un testimonio más de la diversidad de fabricantes y de la riqueza formal de la producción valenciana, más allá de las copias del “mueble de Viena”.
Una de las características de la producción de curvado es la diversidad tipológica. Todo un abanico de mobiliario elegante y práctico para la vida diaria de la naciente burguesía que podía dotar completamente su hogar con mueble curvado. Las piezas que se exponen son hoy ciertamente antigüedades industriales que forman parte del patrimonio cultural valenciano. Esta diversidad se muestra en el apartado sexto de la exposición. En séptimo lugar se encuentra un conjunto de mobiliario con torneado y talla que ejemplifica la influencia del fabricante de Bohemia, Fischel, en los diseños más populares del mueble valenciano.
En octavo lugar aparecen los diferentes asientos con funciones especiales en los que se conecta su estructura con su función. Ello ocurre, por ejemplo, con subtipologías como las sillas para piano -más altas que las normales-, las sillas de barbero con reposacabezas, las sillas de labor -más bajas-, el mueble infantil -de un tamaño más reducido adaptado a sus destinatarios- y también sillones de escritorio, más confortables. En la parte novena -crecer balanceándose- se contrastan las mecedoras infantiles con los modelos para adultos de cuyas formas participan a escala, lo que es una especialidad valenciana. Dentro del campo del mueble infantil, en Valencia abundaban las mecedoras. Estas son una especialidad local y muy popular porque en Viena no se hacían del mismo modo. Las mecedoras infantiles valencianas presentan la peculiaridad de que, habitualmente, tienen las mismas formas que las mecedoras para adultos, con un tamaño reducido, de modo que se asemejan a maquetas de las grandes, hechas a escala.
Finalmente, a modo de conclusión, se muestran ejemplos de dos grandes tendencias de las que se nutre el curvado valenciano: la derivada de tradición de los modelos de Hermanos Thonet y sus seguidores en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la curva y el rizo imperaban; y la moderna, ya con influencias de la Secession vienesa o, reflejado por lo que al mueble curvado se refiere, en las sillas con decoración geométrica del restaurante y de la cafetería de la Estación del Norte, del arquitecto Demetrio Ribes. La fuerza de esta tradición -y de la cultura material asociada- se muestra en la silla moderna de Vicente García Miralles que, con la técnica de la madera curvada, evoca los modelos de acero tubular de los arquitectos de la Bauhaus, que fueron diseñados en los años treinta.
La exposición está organizada por l’Arxiu Valencià del Disseny y la Fundació Caixa Vinaròs, promovida por la Universitat de València y l’ Escola Superior de Disseny de València, ha sido financiada por la Agencia Valenciana de la Innovación, y cuenta con el soporte Centro Cultural La Nau.
El Archivo Valenciano del Diseño (AVD), gestionado por la Escola Superior de Disseny de València (EASD València) y la Universidad de Valencia, bajo la dirección ejecutiva de Xavier Giner (EASD València) y Vicente Pla (UV) representa , un hito significativo en la preservación y difusión del patrimonio del diseño. Con su enfoque en recopilar, catalogar y conservar una amplia gama de materiales relacionados con el diseño, el AVD se erige como un recurso imprescindible para investigadores en diseño y cultura contemporánea.
El compromiso del AVD no se limita solo a la recopilación y conservación, sino que también abarca la promoción activa de las colecciones mediante su acceso, publicación y exhibición. Un claro ejemplo de este compromiso es la exposición Estética y razón. El mueble curvado valenciano y la modernización del hábitat (de 1880 a 1936), que ilustra la preservación del legado del diseño valenciano, y del compromiso a destacar y subrayar la contribución del diseño a la cultura y la economía de nuestras sociedades.
Bajo la dirección ejecutiva de Vicente Pla (UV) y Xavier Giner (EASD València), el Arxiu Valencià del Disseny (AVD) se posiciona como un proyecto dinámico y comprometido con la difusión y valoración del diseño, enriqueciendo el conocimiento y la apreciación de este campo fundamental en nuestra sociedad.
Valencià:
El Centre Cultural La Nau de la Universitat de València inaugurarà el pròxim 19 de desembre l’exposició Estètica i raó. El moble corbat valencià i la modernització de l’hàbitat (de 1880 a 1936). L’exposició, organitzada per l’Arxiu Valencià del Disseny i la Fundació Caixa Vinaròs, ens mostra a través de més de mig centenar de peces – fins a la data el major nombre de mobles d’aquesta època i estil exhibits a València- i divers material documental i gràfic, l’inici de la indústria valenciana del moble i el triomf de la modernització a Espanya, que va vindre associada a la fabricació del moble corbat. L’exposició, que es podrà visitar a la Sala de Bigues fins al pròxim 21 de gener, reivindica eixa part de la història valenciana a través del disseny industrial.
Comissariada per Xavier Giner, codirector de l’Arxiu Valencià del Disseny i Julio Vives, director de Espai Corbat de Caixa Vinaròs, l’exposició descriu el gran moment que va viure València a través del moble corbat des de finals del segle XIX al primer terç del segle XX. El disseny expositiu ha sigut realitzat pel dissenyador valencià Fernando Ortuño (La factoria projectes). Segons expliquen tots dos comissaris, l’aparició del moble corbat va significar la transformació del taller tradicional d’ebenisteria en modernes fàbriques de producció seriada, donant lloc a la indústria valenciana del moble; en segon lloc, va suposar una transformació radical i completa de l’àmbit domèstic sent el primer estil burgés que no pren les seues referències dels estils aristocràtics, el moble corbat va encarnar la modernització estètica en l’àmbit del mobiliari, de mode equivalent al Modernisme en arquitectura; i finalment, va suposar el triomf d’una certa racionalitat no sols en els aspectes constructiu i de producció sinó també estètics en simplificar les línies, dotar de valor al buit, donar continuïtat a la línia, etc., connectant amb els nous gustos primer de la burgesia urbana i, posteriorment, amb els nous gustos les classes populars urbanes, els qui van poder adquirir uns mobles de línies amables i lleugeres, que dibuixaven siluetes que embellien els espais sense recarregar-los com sí que ocorria amb el moble artesanal historicista.
A més, el moble corbat valencià testimonia, també, del protagonisme de la dona, que emergeix com a força de treball, en incorporar-se plenament en la seua fabricació, i com a consumidora activa. L’èxit del moble corbat entre la burgesia i entre les classes populars urbanes dona compte d’aquest canvi en el paper de la dona a la València de primer terç del segle XX.
El moble corbat valencià, que tant d’èxit va tindre a Espanya en el primer terç del segle XX, és fruit d’una cultura material industrial importada d’Àustria- Hongria a la fi del segle XIX. La tècnica i els dissenys desenvolupats per Michael Thonet i els seus fills (Germans Thonet) van ser seguits per altres fabricants de moble de Viena com Jacob & Josef Kohn i Fills de D. G. Fischel, tots amb major o menor influència en el moble valencià, que va incorporar aquesta cultura material a través del port.
La tècnica del corbat aplicada a la fabricació de mobles consisteix a calfar mitjançant vapor les barres de fusta de faig massís serrades en la longitud necessària. Eixides dels tancs de vapor s’introdueixen les barres en motles metàl·lics per a donar-los la forma desitjada. La fusta resta en el motle fins que s’asseca i es refreda, conservant així la forma. Després les peces s’uneixen amb caragols sense encolar.
A València, des que José Trobat depositara la primera patent de corbat en 1880, van aparéixer diversos industrials en el sector com ara Salvador Albacar, Ventura Feliu, Joaquin Lleó i Luis Suay. Ells van sedimentar la gran expansió del moble corbat en els anys vint i trenta fins a la fundació de ‘La curvadora valenciana’ en 1935. Tot això va suposar en el seu moment un assaig de modernització reeixida en el sector del moble en el context social i econòmic de la València de llavors.
L’exposició s’organitza en 10 seccions. En la primera, la fàbrica com a centre de producció, es reprodueixen extractes d’una pel·lícula històrica de la fàbrica del Fill de Ventura Feliu de 1929, un bon exemple de com es treballava el moble corbat per homes i dones a la València del primer terç del segle XX. Les dones no sols elaboraven la reixeta de seients i respatlers a la fàbrica o a les seues cases, sinó que també feien els treballs de tintat, envernissat i empaquetat, reservant-se als homes el corbat i l’ebenisteria.
El segon apartat exposa la varietat formal de les cadires, focalitzant-la en el que podria dir-se la “batalla” de les patents de traves, que fou important en la primera dècada del segle XX. En tercer lloc, es presenten els balancins -forma en moviment- en el seu vessant de manifestació de la continuïtat lineal, un principi bàsic del moble corbat, i sens dubte, un dels mobles corbats emblemàtics i populars de la indústria valenciana, que té la característica estètica que amb les seues formes evoca la funció de moviment per a la qual està dissenyada. En el camp dels balancins, com en el de les cadires, es van registrar diverses patents en la primera dècada del segle XX. Els fabricants competien amb una diversitat de formes, des dels models més clàssics i sofisticats als més moderns, en els quals destaca una bona continuïtat lineal.
En vitrines (sectors 4 i 5) es contenen exemples de la versatilitat estètica del contraxapat, vehicle del modernisme decoratiu, i de diversos catàlegs comercials de fabricants representats en l’exposició, documents que procedeixen de l’Arxiu Valencià del Disseny. Aquests catàlegs són documents històrics i un testimoniatge més de la diversitat de fabricants i de la riquesa formal de la producció valenciana, més enllà de les còpies del “moble de Viena”.
Una de les característiques de la producció de corbat és la diversitat tipològica. Tot un ventall de mobiliari elegant i pràctic per a la vida diària de la naixent burgesia que podia dotar completament la seua llar amb moble corbat. Les peces que s’exposen són hui certament antiguitats industrials que formen part del patrimoni cultural valencià. Aquesta diversitat es mostra en l’apartat sisé de l’exposició. En seté lloc es troba un conjunt de mobiliari amb tornejat i talla que exemplifica la influència del fabricant de Bohèmia, Fischel, en els dissenys més populars del moble valencià.
En huité lloc apareixen els diferents seients amb funcions especials en els quals es connecta la seua estructura amb la seua funció. Això ocorre, per exemple, amb subtipologies com les cadires per a piano -més altes que les normals-, les cadires de barber amb recolzacaps, les cadires de labor -més baixes-, el moble infantil -d’una grandària més reduïda adaptat als seus destinataris- i també butaques d’escriptori, més confortables. En la part novena -créixer balancejant-se- es contrasten els balancins infantils amb els models per a adults de les formes dels quals participen a escala, la qual cosa és una especialitat valenciana. Dins del camp del moble infantil, a València abundaven els balancins. Aquestes són una especialitat local i molt popular perquè a Viena no es feien de la mateixa manera. Els balancins infantils valencianes presenten la peculiaritat que, habitualment, tenen les mateixes formes que els balancins per a adults, amb una grandària reduïda, de manera que s’assemblen a maquetes de les grans, fetes a escala.
Finalment, a mode de conclusió, es mostren exemples de dues grans tendències de les quals es nodreix el corbat valencià: la derivada de tradició dels models de Germans Thonet i els seus seguidors en la segona meitat del segle XIX, quan la corba i el rínxol imperaven; i la moderna, ja amb influències de la Secessió vienesa o, reflectit pel que al moble corbat es refereix, en les cadires amb decoració geomètrica del restaurant i de la cafeteria de l’Estació del Nord, de l’arquitecte Demetrio Ribes. La força d’aquesta tradició -i de la cultura material associada- es mostra en la cadira moderna de Vicente García Miralles que, amb la tècnica de la fusta corbada, evoca els models d’acer tubular dels arquitectes de la Bauhaus, que van ser dissenyats en els anys trenta.
L’exposició està organitzada per l’Arxiu Valencià del Disseny i la Fundació Caixa Vinaròs, promoguda per la Universitat de València i l’Escola Superior de Disseny de València, ha sigut finançada per l’Agència Valenciana de la Innovació, i compta amb el suport Centre Cultural La Nau.
L’Arxiu Valencià del Disseny (AVD), gestionat per l’Escola Superior de Disseny de València (EASD València) i la Universitat de València, sota la direcció executiva de Xavier Giner (EASD València) i Vicente Pla (UV) representa , una fita significativa en la preservació i difusió del patrimoni del disseny. Amb el seu enfocament a recopilar, catalogar i conservar una àmplia gamma de materials relacionats amb el disseny, el AVD s’erigeix com un recurs imprescindible per a investigadors en disseny i cultura contemporània.
El compromís de AVD no es limita només a la recopilació i conservació, sinó que també abasta la promoció activa de les col·leccions mitjançant el seu accés, publicació i exhibició. Un clar exemple d’aquest compromís és l’exposició Estètica i raó. El moble corbat valencià i la modernització de l’hàbitat (de 1880 a 1936), que il·lustra la preservació del llegat del disseny valencià, i del compromís a destacar i subratllar la contribució del disseny a la cultura i l’economia de les nostres societats.
Sota la direcció executiva de Vicente Pla (UV) i Xavier Giner (EASD València), l’Arxiu Valencià del Disseny (AVD) es posiciona com un projecte dinàmic i compromès amb la difusió i valoració del disseny, enriquint el coneixement i l’apreciació d’aquest camp fonamental en la nostra societat.