El proyecto explora el vacío de la ausencia del padre, y busca materializar el dolor y la ira a través de la creación artística. Las piezas nacen de la necesidad de entender, sanar y perdonar, creando una extensión física de mí misma a modo de refugio. Con el objetivo de dialogar con la ausencia, materializando emociones como la rabia y el vacío, y enfrentar el dolor para poder liberarme y perdonarme a través del ritual y la creación.
Para ello, experimento con cáscaras de huevo como metáfora de protección maternal, en contraste, con el carbón, que se convierte en un símbolo de mi padre, y la interacción del fuego como elemento destructivo y purificador.